Cómo acompañamos


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La tarea de la doula tiene como objetivo fundamental acompañar a la madre. Esta labor se lleva a cabo brindándole un apoyo libre de juicio, manteniendo una atención cuidadosa pero no invasiva, y permaneciendo abiertas para poder comprender las necesidades reales de cada mujer.

En el parto,
tanto si es hospitalario como a domicilio, la doula permanece al lado de la madre en todo momento con discreción, manteniéndose atenta a sus necesidades y apoyándola en lo físico, si lo necesita, y acompañándola en lo emocional, hasta que concluye el nacimiento, el cual debe ser atendido por el correspondiente personal sanitario.

En el posparto, la doula acompaña a la mujer en su casa, visitándola con la frecuencia que sea acordada. Se ocupa del estado emocional de la madre y de todo lo que pueda sostenerla y apoyarla, colaborando en cuestiones domésticas o en la atención a otros hijos, si es necesario.

“El valor de una doula radica en lo que es,
más que en lo que sabe o en lo que hace."
(Michel Odent)


Casi siempre, la madre tiene en sí misma los recursos personales y capacidades necesarias para criar al recién nacido, pero a veces la intensidad de la experiencia, el cansancio y las interferencias del entorno dificultan que pueda oír su propia voz; entonces, la principal tarea de la doula es la de escuchar y dar valor a sus estados emocionales, reconocer y fortalecer las capacidades innatas de la madre para que ella misma pueda escucharse y emprender sus búsquedas personales con contención suficiente, con confianza y con alegría.


Con qué contamos


La doula dispone de formación que le permite:
• comprender la fisiología del parto normal
• conocer el proceso de recuperación física de la madre

• conocer la fisiología de la lactancia materna y las principales dificultades que puede encontrarse.
• comprender y acompañar las cuestiones emocionales propias del puerperio
• valorar la importancia del vínculo temprano madre-bebé y fomentarlo de diversas maneras.

La doula debe
• Comprender la fisiología del parto humano, respetar sus tiempos y proteger su intimidad.
• Entender la importancia del apoyo y acompañamiento emocional de la embarazada, en cualquier situación.
• Caracterizarse por una actitud discreta, tranquila y amorosa respecto a la madre.
• Respetar escrupulosamente y en todas las cuestiones las decisiones de la mujer, también si prescinde de su presencia.
• Intentar proveer el máximo bienestar posible a la madre.
• Priorizar la atención a la madre sobre la atención a cualquier otra persona y no dejarla sola, salvo que ella lo necesite y lo pida.
• Sugerir y alentar las medidas que fomenten el vínculo madre-bebé.
• Derivar a la madre a otros profesionales cuando sus necesidades vayan más allá de las competencias propias de una doula.
• Mantener una actitud de máximo respeto hacia los profesionales médicos y asistenciales.



La doula no debe


• Asistir un parto sin el correspondiente personal sanitario.

• Imponer a la embarazada su propia ideología o sus creencias personales acerca de cómo debe ser su parto o la crianza de su bebé.
• Imponer a la embarazada prácticas que no le resulten beneficiosas o agradables. La doula no debe perder jamás la consciencia de que esa mujer es única y debe ser respetada en su singularidad, todo el tiempo.
• Realizar ninguna tarea propia de las competencias del equipo médico y asistencial, incluso aunque tuviera formación sanitaria. La mujer que está actuando como doula no se involucra en cuestiones obstétricas.
• Nunca entrar en disputa con el personal sanitario, ni hacer comentarios que pudieran angustiar o poner en alerta a la mujer en esa circunstancia. La doula deberá encontrar la manera de apoyarla y protegerla en todo momento, aunque sea en una situación muy adversa.

Es esperable que la doula

• conozca previamente a la madre, mediante encuentros en que se establece un vínculo de confianza, honestidad y respeto mutuo. Eso facilita que la doula capte sus opciones y preferencias, sus inquietudes, su personalidad y todo lo que pudiera ser valioso para acompañarla con mayor calidad.
• aliente a la madre a escucharse, a conocerse y a pedir lo que necesita en todo momento.
• aclare a la mujer cuáles son sus funciones y cuáles son sus límites.
• mantenga la conducta interna de auto observación y serenidad.